¿Cuántas veces te has parado a mirar un escaparate mientras paseabas por la calle? Seguro que bastantes, los escaparates captan nuestra atención y nos crean interés sobre un determinado producto o negocio. El escaparate refleja la filosofía de tu negocio, de tus productos, y se dirige de forma directa a tu público objetivo. El escaparate tiene que mostrar adecuadamente tus productos y servicios y ser capaz de captar la atención de los clientes. ¿Quieres saber cómo? Toma nota de los siguientes consejos:
El concepto
La idea determinará el cómo y el qué de tu escaparate, es decir, qué es lo que mostrarás en el escaparate, cómo lo mostrarás y qué material necesitarás para ello. Lo más importante es que el concepto pueda aplicarse a tu producto y negocio. Existen multitud de estilos, desde propuestas minimalistas hasta auténticas obras de arte. Tan sólo debes conocer bien tu producto y resaltar sus beneficios de la forma más original.
Qué enseñar
El escaparate es la primera impresión que se llevarán tus clientes de tu negocio. Es importante mostrar los servicios y productos más destacados pero sin llegar a sobrecargarlo. Hay productos que se “venden solos”, utiliza estos productos que llaman más la atención para colocar a su alrededor otros menos atractivos. Hay quien opta por diseños simples con unos cuantos “productos estrella” mientras que otros prefieren recargar el escaparate con miles de diseños.
Renueva tu escaparate cada temporada
Existen épocas señaladas como las rebajas, las Navidades o San Valentín, en las que es necesario llevar a cabo una reestructuración del concepto y el aspecto de nuestro escaparate. A pesar de que existen negocios o sectores como el textil, cuya reestructuración es más frecuente y casi obligatoria, es recomendable adaptar tu negocio a las diferentes épocas del año o días especiales.
Originalidad al poder
¿Cuántas veces pasamos por alto escaparates porque no llaman nuestra atención? Para evitar que esto suceda, deben cumplir con tres requisitos indispensables: originalidad, creatividad e innovación.
Cuanto mayor sea el impacto que causemos en el cliente mayores serán las posibilidades de que se interese en nuestro negocio. Lo más importante es buscar aquel elemento que nos diferencia de la competencia y explotarlo.
La importancia del call to action
Da igual cómo lo hagas, pero tu escaparate debe invitar a tus clientes potenciales a entrar en tu establecimiento.
Cuida tu carta de presentación
El escaparate debe ser acorde al resto del espacio. El diseño y la filosofía de tu establecimiento no deben desentonar con tu escaparate. Sin embargo, la discordancia bien aprovechada puede ser una ventaja.
Crea sensaciones
Ten en cuenta las líneas visuales a la hora de distribuir los objetos en el espacio. Una de las claves del marketing es la de colocar a la altura de los ojos aquellos productos que queramos destacar. La zona situada a la altura de las manos es la que le sigue en cuanto a protagonismo. La zona situada en la línea de los pies se suele utilizar para colocar grandes objetos o elementos decorativos, mientras que línea visual que se encuentra por encima de nuestra cabeza es muy poco efectiva y tiene un uso ocasional.
Puedes agrupar los productos por modelos, colores, estilos… de esta forma facilitarás al cliente la focalización de los productos. Puedes usar diferentes técnicas de composición con el fin crear diferentes sensaciones en el consumidor.
Presta especial atención a la iluminación
En ocasiones puede pasarse por alto, sin embargo es un detalle muy importante. La luz es la encargada de llamar la atención de los viandantes y de crear el ambiente deseado. Puedes optar por una iluminación general o una iluminación focalizada que resalte algunos productos en concreto.
Lanza un mensaje
Y nos referimos a hacerlo de forma literal: carteles, rótulos, pantallas led… tú eliges. Puede servir para ofrecer información adicional, informar de horarios, informar de promociones, crear frases llamativas…
Valora tu política de precios
¿Poner el precio en el escaparate o no ponerlo? Debes tener en cuenta cuál es el rango de precios de tu establecimiento, el poder adquisitivo de tu cliente potencial, si tienes una cartera de clientes fidelizada… En ocasiones no mostrar el precio puede ser una ventaja y en otras puede ser motivo de rechazo.
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